Con un emotivo concierto del sonero Cheo Felciano culminó anoche en la Plaza de Toros de Cañaverejo el IV Festival Mundial de Salsa de Cali 2009, cuyo resultado final, al cierre de esta edición, aún no se había dado a conocer por parte del jurado calificador.
Cerca de 15.000 personas se reunieron en el tradicional escenario caleño, para el la gran final de este certamen organizado por la Secretaría de Cultura de Cali y que durante tres noches convocó a bailarines de países como Estados Unidos, Ecuador, Venezuela, Perú, Canadá, España, Japón, Londres, así como de regiones colombianas como Antioquia, Tolima, Cartagena, Bogotá y Cauca.
La noche final se inició con la participación de los artistas invitados como Isaac y Laura Altman, presidentes de la Federación Mundial de Salsa, quienes estuvieron al final acompañados de los juveniles bailarines caleños Las Estrellas Mundiales de la Salsa.
Posteriormente, se presentó la pareja integrada por José Antonio y Vanessa, provenientes de Madrid y quienes hicieron parte del jurado calificador.
El grupo de invitados se cerró con el grupo de baile Cantar y Vivir, de la ciudad de Bogotá, Swing Latino, que ratificó el altísimo nivel de sus bailarines.
Durante la noche de cierre del Festival se rindió homenaje a los maestros Luis Carlos Ochoa, Pedro Castro y Cheo Feliciano, por su aporte a la música y en especial a la cultura salsera.
En medio de la alegría de los asistentes se inició la reñida eliminatoria en las categorías On 1, Parejas Cabaret y Grupos Cabaret.
El festival culminó así con un balance positivo, pues además de las competencias se realizaron, talleres, conversatorios, exhibiciones, y muestra empresarial, como un apoyo y estímulo a toda la cadena productiva que genera el gusto por la salsa en la ciudad.
El escritor y experto en el tema salsero, Umberto Valverde, hizo un análisis y recomendó que se reconsidere la elección de la Plaza de Toros como sede del certamen, por razones técnicas. “La visibilidad desde la arena no es muy buena, pues no se pueden ver los pies de los bailarines y desde las graderías se puede ver, pero la gente queda muy alejada; en ese sentido pienso que el Teatro al Aire Libre Los Cristales es mejor escenario para este espectáculo donde la gente viene a ver y a juzgar a los bailarines”, dijo.
El escritor agregó que es un hecho que el nivel técnico y artístico del Festival es de muy alta calidad, “pero sería bueno que se considerara poner un límite a la aceleración de la velocidad de las canciones ya que la calidad musical debe anteponerse a los bailarines. También hace falta mejorar la calidad en el vestuario, pues suele pasar que muchos bailarines terminan desperdigando accesorios en el escenario y ese les resta limpieza a sus presentaciones si estamos pensando en hacer espectáculos para llevar a grandes y exigentes escenarios internacionales”, concluyó.
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